domingo, 7 de febrero de 2010

_Sin Salida_

El muro se elevo alto y fuerte frente a mí, la noche se hizo, el manto denso de nubes cubrió las estrellas. Las primeras gotas caían sobre mis hombros, sobre mi rostro, sobre mis manos. Solo necesitaron unos minutos para calar asta mis huesos los diamantes caídos del cielo. Mis lágrimas apenas se veían, se limpiaban al instante, se perdían entre el caótico momento. Frente a mis ojos la visión era borrosa, pero se dibujaban líneas verticales punzantes como si de lanzas se tratasen, lanzas que querían arrebatarme el momento. No tenía salida, solo podía avanzar de frente. El muro era duro, duro como la más alta de las montañas de este planeta, roca pura...

A veces las fuerzas fallan y te quedas encallado…




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